Querido lector, ¿cómo estáis? ¿Cómo os osentáis, en este momento aciago en que hais decidido emprender la lectura de estas antiguas páginas? ¿Cómodo? ¿Decidido? ¿Ebrio? ¡Enhorabuena, querido! Antes de que prosigáis, hete de hacer un advertimento, pues la historia y los sucesos que aquí se describen con deformaciones, tanto sean lingüísticas como cronológicas, incluyen omisiones, deformaciones, disociaciones, metáforas disociativas, parábolas metafóricas, y antenas parabólicas; y si bien la concatenación de aquellos eventos son de amplio conocimiento para algunos, es esquiva para otros (para muchos). Es por esto que recomiendo la lectura previa de la Historia Ciudadana, incluida en la parte posterior de este tomo, que si bien dista ampliamente de poder ser considerada como nuestras “Memorias Completas”, ayudará a tener un mínimo conocimiento histórico o, al menos, anecdótico, que permitirá echar un poco de luz sobre la obscuridad espesa que envolvió nuestras vidas durante aquellos años, y facilitar la lectura posterior de la Biblia Ciudadana. Más allá de esto, has de tener en cuenta que como dicha Biblia tuvo sus orígenes en parte como pieza de archivo interna, contiene guiños y chascarrillos que sólo adquieren significación dentro del círculo íntimo de los integrantes de la banda y allegados, independientemente de la lectura previa del racconto.
 

Hacía el final de todo también se encuentra un acceso a la historia de Salina Hassann. No intente buscar conexiones de ningún tipo entre dicho relato y los acontecimientos relacionados con Ciudadano F. No las hay. O sea, si hay, pero no importa. Tampoco intente encontrarle sentido a esta narración. No lo tiene.
 

Por último, encontrareis palabras desconcertantes en estos relatos: sofisticadas, retorcidas, extintas. Si bien el tener a mano un diccionario o Google pudiere parecérsete un buen consejo, puede no serlo el buscar exhaustivamente cada vocablo ajeno a tu léxico cotidiano, pues muchos de ellos son inexistentes. Como “parecérsete”.